jueves, 18 de julio de 2013

300

300 personas comieron por voluntad popular, sin ningún eslogan, sin nombrar a nadie, sin agradecimientos comprometidos. 300 personas entre triquis, poblanos y algún que otro extranjero. 300 campesinos, raperos, teatreros, maestros, (incluyendo a las campesinas, raperas, teatreras y maestras, y a las que dejo en genérico) con una misma conciencia política y social y diferentes medios para llegar a ellas. Imaginé España y la Puerta del Sol y me sentí parte de todo acá y allá. Nosotras mirábamos a las mujeres triquis y ellas a nosotras, sabiéndonos completamente diferentes en todo, nos sonreímos y mutuamente nos agradecimos por estar ahí, en sus luchas y en las nuestras. ¿Mis impresiones? Pues que era poco gente, siempre es poca, quizás la suficiente para iniciar el movimiento, ¿cómo era aquello… para avanzar lo importante es dar el primer paso? Algo así, y algo así lo siento, cada vez son más redes, pero aun no las suficientes. No podía dejar de mirar la foto del finlandés asesinado. Uno como yo, no un indígena, no un triqui, no un oaxaqueño, un güero( de piel blanca) de Europa, para morir ya no hay tanta frontera, un güero como yo. Le miraba haciéndome conciencia de su muerte, de su asesinato, de su vida y tengo mis dudas, pesimista yo, de que sirviera para algo. Positiva yo, quizás sirvió a lo local, pero a lo global… les importa un carajo. Quizás lo consigan, ojalá, y si no, por lo menos o por la más y definitivamente NO ESTÁN SOLAS. NO ESTAMOS SOLAS.
300 (II). Mariana cumple 12 años y su madre, sin tener nada mejor que hacer, le organiza una fiesta de cumpleaños, una fiesta de lo más normal… con lo típico de comer, buffet libre para los adultos con más de 10 especialidades a elegir, carritos de helado, palomitas, crepas, papas fritas, hamburguesas, perritos calientes y algodones dulces para los niños. Y los típicos juegos infantiles de los cumples... un video con todoooodas las fotos de sus 12 años en una pantalla gigante, castillos inflables de plástico, cañón de espuma, animales exóticos (boas, búhos, llamas…) una tirolina, piscina, pintacaritas, manualidades… y un circo, carpa y artistas incluidos. Y Marianita feliz, la reina de la fiesta en el centro de sus 300 invitados, con su fiesta temática de circo, y claro, si los camareros llevan chaleco y corbatín a juego con la carpa, los centros de mesa no deben restar espectacularidad al conjunto: 2 fueguistas, una zanquista, un malabarista y dos payasos…humanos. Entre ellos yo. Y tras la foto de rigor a la bonita payasita y las sonrisas educadas nadie sabe que más hacer. Ellos no saben de qué hablar conmigo ahí parada en medio, y yo no sé dónde mirar mientras comen. Sin esperar a terminar el primer plato, entre gracias y risas muevo a uno de los comensales para salir por debajo de la mesa y de esa ridícula situación para todos. La pregunta no es quien puede permitirse poner centros de mesa humanos, sino ¿qué tipo de personas ponen un humano de centro de mesa?

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