el proyecto MUS-E, del colegio San Miguel, apoyando a nuestro proyecto UN BARRIO DE NARICES.
El periódico lo anuncia como actividad intercultural, marroquíes asentadas en el barrio, latinos asentados en el barrio, algún europeo del este y una familia china.
Los payos asentados en el barrio y los gitanos asentados en la barriada de enfrente.
Pues sí, el periódico acertó.
Una sociedad plural y rica cruzando barreras sociales con carteles de no recomendable.
No solo ocupamos los espacios del barrio de una manera más lúdica, más artista y mucho más nuestra, por unos minutos la rotonda del Cuarto de Baño, así llamada por la colección de baldosas, se transformó en un circo que quiso rendir honores a los antiguos circos gitanos, llenos de friquis, mujeres barbudas, siameses, hipnotizadores de humanos y de serpientes, enanos o gigantes. A un circo clásico de magos, contorsionistas, hombres bala, domadoras con sus fieras, pitonisas, forzudos y equilibristas, sin quererlo ni pensarlo me ha salido un pareado.
Un circo sin límites adultos, con hombres mono y jinetes en unicornio.
Y cruzamos la barriada y al bajar decía un niño gitano: Maestra, hoy ha sido el mejor día de mi vida.
Y uno de los míos.
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